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Daniela

Ella es Daniela, una joven que representa a muchas otras voces hondureñas y las dificultades en la comunicación familiar; las voces de Daniela nos cuentan cómo hablar de sexualidad en el hogar es un desafío, y más si tu familia tiene dificultades auditivas.

Mi historia

Las jóvenes se enfrentan a una realidad donde cada hora, tres adolescentes dan a luz en nuestro país y donde la mitad de los partos de mujeres menores de 20 años, no fueron planificados.

 

Las voces como las de Daniela no pueden discutir estos temas a profundidad con sus madres porque ellas tampoco tuvieron acceso a la información necesaria para orientarlas adecuadamente. En las casa como en la de Daniela, en donde se comunican con lenguaje de señas, sólo conocía el signo del sexo, y sus padres le enseñaron que era un mala seña.

 

Los padres han asumido que a partir de cierta edad sus hijas ya saben lo que necesitan. Aunque un testimonio nos cuenta que a pesar de haber tenido su primera relación sexual a los 20 años y creció usando internet, como la mayoría de las jóvenes, no estaba preparada para lo que venía.  No se les educó sobre métodos de prevención ni sobre cómo mantenerse libres de enfermedades.

 

Las adolescentes que viven en la incertidumbre sobre cómo usar las píldoras anticonceptivas y no tienen confianza para preguntarle a alguien sobre estos temas, terminan buscando soluciones por sí mismas.

 

Cuando comparten su historia con amigas, se dan cuenta de que muchas otras adolescentes en Honduras se enfrentan a lo mismo. La educación sexual no debería ser un tabú ni un tema incómodo.

 

Honduras necesita un cambio. Cada año, más de treinta y cinco mil adolescentes dan a luz y muchas niñas y adolescentes abandonan la escuela debido a embarazos precoces o en la adolescencia. Esto no puede seguir así. Necesitamos hablar abierta y honestamente sobre educación sexual en las escuelas, para complementar la educación que los padres brindan en casa.

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