Jóse
Conoce a José, una colección de historias de personas que viven con Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). La historia de José crea conciencia sobre cómo la falta de educación sobre las ITS puede moldear el futuro de los jóvenes.
Mi historia
En Honduras la realidad es alarmante. Cada 9 horas, una persona se infecta con el VIH. Lo que es aún más preocupante es que el 34% de los hondureños con VIH ni siquiera saben que lo tienen. La experiencia de José refleja ese miedo, un miedo que podría haberse evitado con una educación sexual adecuada.
Uno de los testimonios comparte cómo le hubiera gustado saber qué era el VPH a los 14 o 15 años, y les hubiera gustado saber que existía una vacuna que podría haberlos protegido. Pero a pesar de que hay muchas historias como la de José, la información llegó demasiado tarde y tuvieron que enfrentar la realidad de una ITS sin entender completamente lo que significaba.
Escuchamos historias de juventudes que contrajeron el VPH a la edad de 15 años y lloraron en la mesa de exploración, sin saber que era tratable y que lo atravesaron solos y confundidos, sin nadie con quien hablar.
En las escuelas casi nunca se habla del tema de las ITS. Muchos jóvenes sólo oyen hablar de estas enfermedades cuando ya tienen 17 años. ¿Por qué esperar tanto? Los profesores delegaron la tarea en estudiantes mayores, sin proporcionar la información necesaria para que los niños se protegieran a sí mismos y a sus parejas.
En casa tampoco se aborda el tema. Otro chico comparte que su madre solía darle advertencias cada vez que salía con su novia, pero siempre eran vagas, y lo llevaban a entrar en la vida sexual "a ciegas", sin conocimiento ni guía.
La falta de educación sexual deja a jóvenes como José en un estado de incertidumbre. No saber lo que implica un diagnóstico positivo es una de las situaciones más difíciles a las que nos podemos enfrentar. Ningún joven o niño debería pasar por eso.
Cuando hablamos de educación sexual, no se trata sólo de hablar de relaciones íntimas. Se trata de empoderarnos con conocimientos, de saber protegernos a nosotros mismos y a nuestras parejas. Muchos adolescentes hondureños tienen miedo de hacer preguntas o buscar tratamiento para las ITS, y esto es algo que debe cambiar.